Lo que hacemos como padres y madres puede tener una repercusión mucho mayor sobre nuestr@s hij@s que lo que en realidad podríamos llegar a imaginarnos. Podemos estar dictando sus acciones, advirtiendo sobre peligros potenciales e incluso prohibiendo de manera explícita aquellos comportamientos que bajo muestro criterio resultan inadecuados.
Sin embargo, lo cierto es que mucho más importante que todo eso, por encima de las normas verbales, están nuestras actuaciones. Con lo no verbal les podemos estar explicando la importancia de respetar a los demás, o mostrándoles por qué hay ciertas conductas que pueden resultar más adecuadas que otras, o la forma en la que se demuestra el amor (y el odio)... y todo ello sin haber pronunciado ni una sola palabra.
Porque aunque no nos demos cuenta a veces, ell@s están ahí, observándonos. Y adquiriendo las pautas con las que hemos elegido guiar nuestra vida.
Y este texto extraído una vez más de las redes sociales, nos lo recuerda...
Un mensaje que todo padre y toda madre debe leer porque sus hij@s lo están observando y haciendo lo que él o ella hace, no lo que él o ella dice.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi pegar mi primer dibujo al refrigerador, e inmediatamente quise pintar otro.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos de ayudarnos y cuidarnos unos a otros.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben de compartirlo con quienes no tienen.
• Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella y aprendí a cuidar lo que se nos.
• Cuando pensabas que no te veía, vi cómo cumplías con tus responsabilidades aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo de ser responsable cuando crezca.
• Cuando pensabas que no te veía, vi lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, y que está bien llorar.
• Cuando pensabas que no te veía, vi que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.
• Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una persona buena y productiva cuando crezca.
Sin embargo, lo cierto es que mucho más importante que todo eso, por encima de las normas verbales, están nuestras actuaciones. Con lo no verbal les podemos estar explicando la importancia de respetar a los demás, o mostrándoles por qué hay ciertas conductas que pueden resultar más adecuadas que otras, o la forma en la que se demuestra el amor (y el odio)... y todo ello sin haber pronunciado ni una sola palabra.
Porque aunque no nos demos cuenta a veces, ell@s están ahí, observándonos. Y adquiriendo las pautas con las que hemos elegido guiar nuestra vida.
Y este texto extraído una vez más de las redes sociales, nos lo recuerda...
Un mensaje que todo padre y toda madre debe leer porque sus hij@s lo están observando y haciendo lo que él o ella hace, no lo que él o ella dice.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi pegar mi primer dibujo al refrigerador, e inmediatamente quise pintar otro.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos de ayudarnos y cuidarnos unos a otros.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben de compartirlo con quienes no tienen.
• Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella y aprendí a cuidar lo que se nos.
• Cuando pensabas que no te veía, vi cómo cumplías con tus responsabilidades aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo de ser responsable cuando crezca.
• Cuando pensabas que no te veía, vi lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, y que está bien llorar.
• Cuando pensabas que no te veía, vi que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.
• Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una persona buena y productiva cuando crezca.
• Cuando pensabas que no te veía, te vi y quiero decir:
¡Gracias por todas las cosas que vi cuando pensabas que no te veía.!
Un@ niñ@
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