He extraído este texto del blog
Pequeños Gigantes. Este blog posee mucha información útil e interesante y en esta ocasión ha rescatado un artículo acerca de la importancia que posee el juego en la consolidación del aprendizaje.
Jugar es mucho más que divertirse... es adaptarse y disfrutar con lo aprendido. Supone una utilidad enorme: la más grande si queremos entender que aprender no solo es adquirir conocimiento académico, sino además saber adaptarnos a la vida, así como saber adaptar las condiciones que nos vamos encontrando en nuestro ciclo vital, a nuestras necesidades.
Jose María Barroso Tristan (*)
Casi siempre el juego ha sido considerado como una forma de
ocio para niños y niñas, quedando relegadas a un segundo plano las
características positivas intrínsecas de esta actividad, ya sea en grupo o de
forma individual.
En cambio, a lo largo de la historia, grandes pensadores
educativos como Comenio, Pestalozzi o Montessori han demostrado las inmensas
cualidades del juego en la educación, para el desarrollo integral y armónico de
los futuros ciudadanos.
Como en toda estrategia educativa, hay que
contextualizar el ambiente socio-cultural, la evolución psicológica y el
desarrollo cognitivo de los educandos, sobre los que se trabajará mediante el
juego como metodología en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto es condición
sine qua non para aprovechar al máximo la riqueza del juego como método de
aprendizaje.
La evolución psicológica del niño o niña respecto al juego suele
ser: cuando tiene 1 año comienza a disfrutar de los juegos en solitario. A los
2, imita lo que otros hacen, sin interactuar; a los 3 años, empiezan los juegos
asociativos, prestan atención y responden a lo que hacen otros infantes. Hacia
los 4 años comienzan a jugar de forma cooperativa, interactuando con otros. A
los 7-8 años dan un salto cualitativo, el juego comienza a ser organizado y
desde entonces empieza a evolucionar hacia la complejidad de las relaciones
entre los participantes, hacia una elevación del pensamiento abstracto en el
proceso lúdico y unas habilidades cognitivas más elaboradas.
Los juegos en
grupo fomentan la cooperación, comunicación, habilidades sociales y la
solidaridad entre los miembros del grupo para alcanzar los objetivos de una
forma coordinada, de modo que cada integrante tiene su función.
A la vez, en los
juegos que existe un ganador, se promueve la competitividad, lo que exige un
trabajo por mejorar y ser capaces de superar los obstáculos que se presentan
durante la actividad lúdica.
Así, el juego promueve la comprensión, la reflexión
y la puesta en práctica de habilidades, conceptos y actitudes, fomentando además
valores como paz y equidad.
Además, el juego posee una función muy poderosa:
la motivación que provoca en el alumnado debido a su orientación lúdica.
La
motivación es uno de los elementos que más quebraderos de cabeza produce al
profesorado, esto convierte al juego en un gran recurso para promover el interés
en los educandos, facilitando los aprendizajes significativos y la
interiorización de valores, normas, habilidades y capacidades.
Conociendo
todas las posibilidades pedagógicas del juego y como profesores capacitadores
del Proyecto “Mejora de las condiciones de salud básica y calidad educativa de
poblaciones rurales fronterizas peruano- ecuatorianas del distrito de Lancones,
Piura-Perú” (Proyecto Lancones), financiado por el Gobierno Vasco y la
Asociación de Ingeniería para la Cooperación (IC-LI), en coordinación con Plan
Binacional, consideramos que el juego nos da posibilidades de aumentar la
calidad educativa de la sociedad, amortiguando las carencias técnicas y de
recursos con las que conviven las escuelas de las zonas rurales del Perú.
Es
en este contexto que los docentes deben poner en práctica todos sus
conocimientos y habilidades para crear y moldear actividades, en este caso
juegos, que sean funcionales para trabajar con las necesidades educativas de su
alumnado.
Los educadores debemos planificar, marcarnos objetivos, así como la
ejecución y evaluación de estas actividades para que sean efectivas,
aprovechando todas las posibilidades de este recurso educativo.
Pero, el
juego no solo es útil dentro del aula sino que puede ser extrapolado a los
hogares, donde las familias tienen una gran responsabilidad, junto a los
docentes, para continuar con la educación de sus hijas e hijos.
Realizar
actividades planificadas junto a ellos con una orientación educativa, nos
permitirá ser protagonistas en la educación de nuestros hijos y estrechar las
relaciones comunicativas entre el papá, la mamá y los hijos.
El juego es una
actividad que gusta a todos y lo realizamos constantemente.
Evitemos convertirlo
en procesos triviales, como los videojuegos, y empecemos a enfocarlos hacia el
aprendizaje y el crecimiento personal, sobre todo de nuestros jóvenes, en
beneficio del Perú.
(*) Voluntario de la Universidad de Sevilla para el
Proyecto Lancones que ejecutan: Udep, Adeu y la Municipalidad distrital de
Lancones.
http://www.eltiempo.pe/noviembre2011/edicion-05-11-2011/opini%C3%B3n123.html